martes, 7 de octubre de 2008

Objetivo General.

Dar a conocer al radio escucha por medio del radiocuento, parte del lenguaje y de la cultura salvadoreña que aún predomina en las tierras salvadoreñas.


Objetivos Específicos.

Mantener vivo el legado del escritor en los jóvenes de las nuevas generaciones.

Transmitir la esencia del cuento de Salarrué, de una forma creativa y entretenida para captar la atención de nuestro público.






Perfil del Radioescucha.

Edad: jóvenes de 15 a 25 años
Sexo: Femenino y Masculino
Clase: media, media-media.









JUSTIFICACIÓN

Por medio del radiocuento se busca que la audiencia escuche la interpretación sociocultural que el autor describe en una de sus famosas obras literarias, Cuentos de Barro “El Contagio”.

A través del radiocuento, se pretende que el radioescucha conozca lo que significa el contagio, aclarando las dudas a través de un lenguaje propio de la cultura salvadoreña.

Este cuento va dirigido para todas las personas, en especial a los jóvenes entre 15 a 25 años, quienes disfrutan del lenguaje del salvadoreñismo ( caliche). Es así como se espera poder rescatar los valores culturales de la lectura del joven salvadoreño y es a través del radiocuento que se darán a conocer los mitos y creencias que se tuvieron en los pueblos y que aún persisten en la actualidad.

Salarrué logra con Cuentos de Barro y en especial el contagio no sólo la mejor de las realizaciones artísticas que el relato vernáculo pudo alcanzar, sino que en muchos sentidos, Raptos y venganzas de amor, velorios y duelos a machete, sacas de aguardiente clandestino y embrujos, procesiones de rogativa para la lluvia pasan a totalizar el mundo narrativo, y es la comarca poblana, el caserío, la finca, la expresión de ese mundo, que hunde sus raíces en el subsuelo de la tradición indígena, pues las leyendas anónimas pasan también a integrarlo.
Pero además del nivel de su estructura, los cuentos buscan en un siguiente plano lograr una identificación de lenguaje popular, habla campesina matizada de valores arcaicos, voces indígenas, deformaciones fonéticas y neologismos que resultan de la propia invención del autor, para designar lugares y cosas, situaciones; la invención del lenguaje trata de totalizar una apropiación desde dentro de los personajes, como si la única manera de interpretar el mundo en palabras, para un campesino, fuera desde una textura lírica.


SINOPSIS

EL CONTAGIO
Era una mañana fresca y húmeda después de una noche lluviosa; las gotas deslizaban en las hojas de los árboles de la finca, la oscuridad aun no partía, apenas se miraban las cosas; a pesar de esto, como es común en el campo, iniciaba el movimiento diario que se hace en la finca.

Don Nayo, un poco tosigoso, salía a observar la mañana y a respirar un poco de aire puro antes de salir a recoger los frutos con su hija, Cande.
Al llegar al platanar ya había amanecido totalmente, Don Nayo y Cande rebosando de alegría tomaban los frutos que el viento y la lluvia habían tirado al suelo.
Mientras seguían recogiendo los nances y limones, Cande le contaba a su padre el sueño que tuvo con el contagio, le describía paso a paso las características de éste.
El canasto ya estaba lleno, Nayo le ayudó a colocárselo en la cabeza y mandó a su hija a la casa; Don Nayo la miraba alejarse, y como todo padre, se sentía orgulloso de tener una hija tan bonita, pero al mismo tiempo le preocupaba que su hija estaba creciendo y la malicia en ella comenzaba a notarse.

Al llegar a casa muy angustiado busca a su esposa y le comenta lo que él había notado en su hija, para que de esta forma la tuviera más controlada. Lo que ellos no se esperaban era que Nicho un vecino ya la andaba rondando.

Al pasar un tiempo, Nayo lleva a Cande a casa de Nicho a entregársela, pero antes le advierte que la cuide y que no le falte el respeto, para su sorpresa Nicho se echa a reír y le dice que hace un mes la embarazó.

Resignado vuelve Don Nayo a donde su esposa y le cuenta que ya había ido a entregar a su hija y muy molesto le dice que para que le advirtió a Nicho que la respetara si ya tenía un mes de embarazo.
Aceptando lo sucedido piensan en que a su hija le llegó en contagio, como un día les llegó a ellos.
EL CONTAGIO

Personajes:
-Don Nayo: Milton
-Cande: Amanda
-Niña Lupe: Scarlet
-Nicho: Fátima
-Vecina: Magaly
-Narrador: Yoana

NARRADOR (Yoana): Después de la tormenta que había caído durante la noche; había amanecido gris, mojado y las evidencias quedaban de la lluvia, eran, las gotas que todavía reposaban sobre las verdes y largas hojas de las matas de guineo que se alcanzaban a ver desde los corredores de la finca. La mañana se sentía cálida y traía consigo una brisa fresca. Todavía no se visualizaban las cosas; las sombras eran diluyentes y borrosas como luz golpeada y muy vagamente claras. Se venían olores a mañana fresca y olores a ropa limpia tendida en el patio de la finca de don Nayo y de la niña Lupe.

CONTROL: SONIDO DEL CANTAR DE UN AVE.

NARRADOR(Yoana): En los amplios terrenos de la finca, cantaba un pajarito que se posaba en las altas ramas de un árbol grande y frondoso, el pajarito silbaba con dulzura y con una tierna melodía en su cantar. Las hojas se movían con los roces de la brisa y en ellas ya se reflejaba la claridad del sol.

CONTROL: A LO LEJOS EL SONIDO DEL CANTOR DE UN GALLO LADRIDOS DE PERROS.

NARRADOR(Yoana): Iba amaneciendo... Y el alma, como los matorrales, estaba llena de felicidad.
En la casa de la finca, el patio cuadrado dormía aún. Por la tierra húmeda habían pasado los perros.

CONTROL: SONIDO DE LA CAÍDA DE GOTAS DE AGUA.

NARRADOR(Yoana): Una de las tejas de la casa de don Nayo, se había quedado contando las gotas azules, sobre un charquito que abajo hacía ondas con cada gota que caía. Ya salía el humo de la galera, como expresando el movimiento diario que se hace en la finca. Don Nayo tenía enrollada en la nuca una toalla grande; venía por el corredor y con el bastón abría un hoyito, y sembraba una tos.

NAYO(Milton): coj, coj, coj,

NARRADOR(Yoana): los murciélagos se iban metiendo en las aberturas oscuras del puesto como pedradas de la noche.

CONTROL: A lo lejos, lejos; los gallos abrían puertas chillonas

NARRADOR(Yoana): el día se movía indeciso bajo la agrupación de nubes sucias como capa de circo pobre. Don Nayo llegó al portón, no podía poner derecha su cabeza, porque su cuello estaba paralizado, lo cual le daba un vago aspecto de tortuga marina.

NAYO(Milton): (SUSPIRO) AHH.., pero que bonito está el amanecer (SUSPIRO) más con este olor a limones frescos…. Ah! Pero que mona más babosa esta hombre…(APLAUDIENDO) Cande, Cande!!!..

CONTROL: AMBIENTE DE COCINA, RUIDO DE CACEROLAS

CANDE(Amanda): (A LO LEJO) ¡Mandé apá!...

NAYO(Milton): Date priesa...

NARRADOR(Yoana): la cande cruzó el patio dejando su prisa pintada en el suelo. Era quinceañera, rubia, con exceso de peso. Con glúteos grandes, con las mejías rosadas y sonreía constantemente, daba la impresión de bañada, dentro del traje pálido y mal oliente.


CANDE(Amanda): ¿Qué quiere, tata?

NAYO(Milton): ¡Babosa, no téi dicho que cuando vengás a trer lagua, cerrés bien la palanquera! ¡arreglala y purate vamos a ver que encontramos!

NARRADOR(Yoana): La campaneó tantito y, arreándola, con el palo enarbolado, la siguió hasta el platanar.

CONTROL: SONIDO DEL CHILLIDO Y EL GOLPE DE UNA PUERTA.

NAYO(Milton): ¡No cierre, animala, espere que salgan las yeguas!: ¿no ve que están allá?...

CONTROL: SONIDO DE OLFATEO Y RELINCHEO DE CABALLOS.

NARRADOR (Yoana): tres caballos delgados estaban olfateando el terreno. sobre los pastos se veían los agujeros de los cascos se fueron de retroceso contra la valla, y cuando la cande les corto el paso saliendo de los arbustos con un carro fuerte de dos ruedas en alto, los tres caballos dieron un movimiento nervioso y se fueron por la puerta hacia el potrero, a lo lejos seguían escuchándose los golpes de su cabalgar, había amanecido, el viento de madrugada había ido tomando cada estrella con dos dedos soplándolas como nudillo de ángel, hasta desaparecerlas, por un caerse de nubes, se miraba la pared del cielo recién aplicada de azul, los volcanes bostezaban, en camisón de dormir.

NAYO (Milton): Traiga el canasto, Cande, vamos a pepenar los nances y los limones, purate que aquí hay dionde escoger

NARRADOR (Yoana): la cande fue por la cesta grande bajo el limonero, el suelo caliente, olía a mañana, daba lástima desarreglar el paisaje con muchas frutas. Don Nayo y la Cande fueron recogiendo, uno a uno los limones; más abajo, en el conjunto de arboles estaba el nance, el suelo parecía miel. La altura había llevado rodando a los nances hasta bien lejos. Parecía como si a la planta se le hubiera roto el hilo de un inmenso collar.

CANDE (Amanda): Témpapádo el monte, tata.
NAYO (Milton): Cuidá de no empuercar el vestido...

CANDE (Amanda): Afijese que anoche soñé el Contagio...Era un endizuelo así, sapito, con buche y con una cosa feya aquí.
NAYO (Milton): ¿Onde?
CANDE (Amanda): Aquí...

NARRADOR (Yoana): Seguían cayendo limones, que quedaban medio enterrados en la tierra negra.

CONTROL: SONIDO DE CHILLIDOS DE PAJAROS

NARRADOR (Yoana): A orillas de la zanja se oía una revoloteo y chirineo de los pájaros sanates.

CONTROL: SONIDO DE CLOQUEO DE GALLINAS, DE GRILLOS Y DE HOJAS SECAS

NARRADOR (Yoana): Bajo la maleza empezaron a rascar las gallinas, haciendo sonar las hojas marchitas. Los grillos se habían ido consumiendo en la claridad del día.

CANDE(Amanda): Mero feo, el indizuelo; y me chunguiaba..
NAYO (Milton): ¿Te qué?...
CANDE (Amanda): Me guasiaba y me chunguiaba, en un cuento como cuarto oscuro... ¡Uy!... Es que comí chacalines...yo creibo que jue por eso

NAYO (Milton): De juro que eso jué...

CANDE (Amanda): Echeme una mano, tata, ayúdeme a alzarel canasto questá muy cargado

NARRADOR (Yoana): Don Nayo le ayudó, como pudo, a ponerse el canasto en la cabeza. La Cande lo sostenía con ambas manos; las mechas le caían en la cara; con un salto se enderezó bien, equilibró el espinazo; sacó la puntita roja de la lengua y se alejó hacia la casa, con rítmico andar. Don Nayo miraba alejarse a su hija

NAYO (Milton): Es guapa, es güena, la chelona, más le valió que se parezca a su tata, rechula la babosa igualita a yo.

NARRADOR (Yoana): Los gallos abrían a lo lejos fantásticas puertas; por ellas entró bruscamente un destello de sol.
Don Nayo paró a su mujer en la mitad del dormitorio.

NAYO (Milton): Mirá, Lupe -le dijo-, andá con cuidado con la Cande: ya maliseya...
LUPE (Scarlet): ¿Eh?...

NAYO (Milton): No me gustan tantito, sus caidas diojos, sus pandiadas al pararse. Méi fijado que deja a ratos de moler y se come las uñas; además, le ondeya el pecho como a las palomas. Andá con cuidado, te digo...

LUPE (Scarlet): Dice bien, Nayo; yo también la héi oservado. Se chiqueya, sin querer; se mira nél espejo, cada vez quentra aquí; y, a ratos, da brincos de calofriyo. También no me gustan las cosas que me cuenta. Dice quel otro día, cuando Nicho la tentó jugando, sintió un burbujeyo extraño. Además se le van los ojos, coge juergo a cada rato, le pica la palmelamano.

NAYO (Milton): Pa que veyás. Andále con tiento, no se nos descantiye con algún malvado.

LUPE (Scarlet): Decíle al Nicho que no liaga tanta fiesta.

NAYO (Milton): Se lo vuá poner en conocimiento a ese infeliz.

CONTROL: SONIDO AMBIENTE DE CAMPO Y LUEGO UN SILENCIO POR 2 SEGUNDOS

VECINA (Magaly): (CON TONO DE VOZ DE ADMIRACIÓN) Nicho mirá cómo se meneya la Cande vos! Y ya se me hace que le está agarrando la malicia.

NICHO (Magaly): Pueh! A trotear a la Cande voy! No vayajer que otro buey me quiera ganar y esa yegua ya es miya!

VECINA (Magaly): (CON TONO DE VOZ DE EXAGERACIÓN) Nicho antenoche te vi chunguiando y queriendo tentar a la Cande y ella no quería, qué es eso baboso!!!

NICHO (Magaly): Nombe! Si yo no solo quiero carne, también quiero a una hembra que sepa lavar bien los calzones y que me de mi plato de frijoles a diario.


VECINA (Magaly): (CON TONO DE VOZ DE ADVERTENCIA) Una cosa te vuadecir Nicho, las cipotas de hoy van bien aligeradas ni lavar los calzones pueden y ya quieren andar criando, así que tené cuidado Nicho!!!


CONTROL: SONIDO DE PASOS LENTOS Y TOQUIDO DE UNA PUERTA


NAYO (Milton): ajá Nicho aquí te traygo a esta mihija en ella hay una gran mujer oiste así que hacela feliz

NICHO (Magaly): No siaflija por babosadas, esa yes cosa antigua; asigún colijo, la tengo empreñada desde hace un mes

CONTROL: SONIDO DE BRISA Y MOVIMIENTO DE RAMAS DE ÁRBOLES, Y SONIDO DE UN AVE.

NARRADOR (Yoana): hacía ruido el viento en las ramas de los arboles de Conacaste, como se atina una guitarra destemplada; el sol entraba ya en la cerradura del horizonte. En el cielo, las nubes mostraban rozaduras desangrándose. Las golondrinas inspeccionaban el velaje recién izado de la tarde; en el callar, la tierra daba bordazos de sombra.
Por el camino venía Don Nayo, lento y tosigoso. La Lupe lo esperaba en la palanquera.
LUPE (Scarlet): ¿Qué lihubo, Nayó? ...
NAYO (Milton): Los casaron. Los juí a dejar al terreno. Tán Contentos.

LUPE (Scarlet): ¿Le arvertiste a Nicho de lo que te dije?...

NAYO (Milton): Más valiera no me bieras dicho jota, miás azorrado con el yerno.
LUPE (Scarlet): ¿Eh? ... ¿Por qué?...
NAYO (Milton): Cuando lo llamé aparte y le recomendé que la tratara con primor, no fuera ser que se asustara, se echó a rír.

LUPE (Scarlet): ¡La Virgen del Martirio!
NAYO (Milton): Y parecía que no quebraba un plato ...
LUPE (Scarlet): Güeno, después de todo, arrecuérdese, Nayo, de nosotros, cómo hicimos...
NAYO (Milton): Decís bien, es el Contagio

NARRADOR (Yoana): La tarde se había perdido a lo lejos, dejando como estela un montón de estrellas; sobre la arena del mundo, los árboles negros se movían como cangrejos.
Biografía
Cuentista, novelista, pintor, escultor, poeta y compositor, nació en Sonsonate, un 22 de octubre de 1899, su nombre Luis Salvador Efraín Salazar Arrué. Segundo hijo del matrimonio de Joaquín Salazar Angulo y María Teresa Arrué.
A partir de 1909 aparecieron prosas de Salazar Arrué en Diario del Salvador, En este mismo año, inició sus pininos en la pintura, el dibujo y la escultura.
Salarrué se trasladó a San Salvador con miras a encontrar las posibilidades de subsistencia económica dada su complicada situación familiar. En la capital del país, comenzó a publicar en periódicos, a estudiar por su cuenta literatura y artes plásticas, influido en buena parte por su primo, el caricaturista Toño Salazar. En 1916, obtiene una beca gubernamental para estudiar pintura en Corcoran School, una academia de artes situada en la capital de los Estados Unidos.
En 1922 se casó con la pintora salvadoreña Zélie Lardé, con quien procreó tres hijas que también se dedicaron a las artes plásticas: Olga, Aída y Maya.Su primer obra “El Cristo Negro”, publicado en 1926. un año mas tarde , publicaría la novela “El Señor de La Burbuja” y en 1929 “O' Yarkandal”. Pero sus obras más conocidas son Cuentos de Cipotes, de 1945, y Cuentos de Barro. Salarrue También publicó volúmenes de cuentos como “Eso y Más” y “La Espada y Otras Narraciones”; un poemario titulado “Mundo Nomasito”, publicado por única vez hasta la fecha en 1975 y las novelas “La Sed de Sling Bader” y “Catleya Luna”.

En 1960, su libro Cuentos de barro formó parte de los diez volúmenes de la colección Festival del libro centroamericano, Fue homenajeado por el gobierno salvadoreño con dos grados de la Orden Nacional "José Matías Delgado" en junio de 1962, Tras el fallecimiento de sus amadas Zélie y Claudia Lars en 1974, Salarrué se marchó de la vida terrenal en su villa "Montserrat", situada en el cantón Los Planes de Renderos, jurisdicción de San Salvador, a las 10:30 de la noche del jueves 27 de noviembre de 1975. La muerte le sobrevino por un paro cardíaco-respiratorio, aunque su cuerpo estaba invadido desde tiempo atrás por un cáncer maligno. Fiel a sus ideas místicas, sostuvo que su reencarnación y vuelta al mundo se produciría en el año 2043.
Dada su profunda identificación con el mundo vital del campesino salvadoreño y sus exploraciones en los asuntos esotéricos orientales y de ciencia ficción, se le considera uno de los fundadores de la corriente narrativa contemporánea a nivel latinoamericano y, por ende, uno de los más altos exponentes de la cultura salvadoreña.























Salvadoreñismos

-Arreándola: de arriar, descender, bajar.
-Acequia: canal, zanja, cauce.
-Arvertiste: advertir.
-Arrecuérdese: de recordar.
-Azorrar: de azorado, aturdido, desorientado, austado.
-Bieras: de ver (vieras)
-Contagio: entidad mítica probablemente simbólica, fálica, análoga al cipitillo.
-Cundido: de cundir, difundirse, divulgarse, extenderse.
-Caiban: de caer, caían.
-Calofriyo: de escalofríos, sensación que se presenta en el cuerpo al sentir frío.
-Chirrión: tallo muy flexible y fuerte, usado como látigo.
-Chingueya: de chingar, bromear, fastidiar, importunar.
-Choyones: choyón por chollón del verbo chollar, lastimadura, rozadura.
-Chapuda: con chapas, persona de buen color.
-Charrascales: de charrales, maleza.
-Chunguiaba: de chunguiar, provocar en forma burlesca.
-Chacalines: camaroncillo, quisquilla, pequeñez, insignificancia.
-Descascarado: de descaro, atrevido, desvergonzado, insolente.
-De juro: de fijo, seguramente.
-Dende: desde.
-Deíando: ahí ando.
-Enchutando: de enchutar, acertar a meter en un agujero una cosa, tirándola.
-Enarbolado: de arbolar, izar, ondear, alzar.
-Empuercar: de ensuciar.
-Endizuelo: indizuelo, indiecillo, personilla en forma despectiva, se aplica por lo general a los niños.
-Empreñada: de preñada, embarazada.
-Espuniarajo: de espumarajo.
-Güeno: bueno.
-Guasiaba: de guasa, hacer burla.
-Héi: de he, ej.: he visto.
-Hindidura: de hendidura, grieta, hendidura, cavidad.
-Jediondo: de mal oliente.
-Jué: fue.
-Juergo: de juerga, distracción, diversión.
-Liaga: le haga.
-Lihubo: le hubo.
-Mareña: marina.
-Miás: me has.
-Maliseya: de malicia, maliciar, coquetear.
-Nél: en el, ej.: Mirándose en el espejo.
-Olisqueando: de oler, olfatear.
-Oservado: de observar.
-Pedradas: golpe.
-Parra celestial:
-Priesa: de prisa.
-Pushco: sucio.
-Palmelamano: palma de la mano.
-Palazón: grupo de ramas o árboles.
-Pringaba: de pringar, lloviznar, llover muy vagamente.
-Pepenando: de pepenar, recoger, rebuscar.
-Quinzona: “de a quince”, (años, centavos, etc.)
-Quentra: que entra.
-Quel: que el.
-Respingo: salto, sacudida.
-Rír: de reír.
-Siaflija: “no se aflija”.
-Sanate: ave pequeña, de color pardo o negro.
-Salediza: voladizo, alero, guardabarros.
-Tabanco: nahualismo, de tapango, altillo.
-Tanteyo: de tantear, probar, examinar, intentar.
-Témpapádo: está empapado, mojado, húmedo.
-Untada: de untar, cubrir, manchar.
-Vuá: “voy a”.
-Veyás: “veas”.
-Velamen: trapo, velaje.
-Yés: “ya es”.
-Zarceaba: de zarcear, hacer ruido de zarza o de guitarra floja.




BIBLIOGRAFÍA

http://www.geocities.com/ceasol/salarrue.html

http://www.cuscatla.com/salarrue.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Salvador_Salazar_Arru%C3%A9

http://www.cuscatla.com/salarrue2.htm





























CONCLUSIONES


üFue de mucho interés conocer y analizar el cuento llamado “EL CONTAGIO”. Este nombre evoca a una idea diferente del contenido original de la historia; es decir, juega con la imaginación de las personas antes de saber de qué trata.


üEl lenguaje o las palabras de salvadoreñismos que han sido utilizadas en este cuento, aún son utilizadas en algunas partes del país, específicamente en la zona rural. A pesar de que las personas actualmente no las suelen practicar mucho tampoco se puede afirmar que se han perdido por completo.


üEl aprendizaje fue de mucho agrado y el poder desarrollar éste ayudará de alguna forma a plasmar nuestros conocimientos en otros campos.

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